domingo, 5 de agosto de 2018

RIGOBERTO RATXIC: EL CASO HIDDLESTON (6TA PARTE)


Si es la primera vez que lo lees,este es le primer cap:
http://sacerdotisalokiana.blogspot.com/2017/01/rigoberto-ratxic-el-caso-hiddleston.html
Ahora vamos con la sexta parte:




—¡VAMOS RATXIC! no me diga que los apellidos Vasconcelos y Mancini no le suenan de algún lado.Siendo fotógrafo de espectáculos y eso —volvió a insistir el comisario emocionado mientras yo miraba al vacío, medio perdido en mis conjeturas, y Mancini,que previamente nos había interrumpido de la manera más grosera posible, recibía cariñosas palmaditas en la espalda de parte de La  Bella que se esforzaba en hacer que las cosas se llevaran en paz.
¿Cómo diablos iba a saber de estos dos!¡Cómo? Yo soy un reportero gráfico dedicado a celebridades pop y socialites,gente muchas veces con más talento para hacer escándalo y alarde de su vida personal que capaz de producir algo que pueda llamarse arte . He ahí  mi respuesta. No, no "me suena"Y además, el que Mancini fuera famoso ¿Cambiaba en algo lo que me hizo? A mi ver no. Si el comisario pensaba que ese desagradable sujeto merecía algún trato especial de mi parte por ser famoso y estar ligado a mi oficio, estaba equivocado.

Volviéndose hacia Mancini, tal vez por que yo parecía estar más allá que aquí, el comisario reanudó sus alegatos a favor del "perdón" —Ponga de su parte, Fabricio. Esto le beneficiará también. No solo evitará la cárcel sino que se verá magnánimo perdonando al tipo que tanta ofensa le causó y que ahora le suplica misericordia...—
—¡YO NO SUPLICO NADA! — rugí, pero pronto fui fulminado por la mirada severa del comisario.
Entonces, incorporándose, La Bella fue quien tomó la palabra. Antes de empezar me lanzó una mirada contemplativa, como si quisiera decirme que entendía mi sufrimiento. Sus ojos tristes estaban repletos de compasión. Al fin hablaría la voz de la razón.
—Señor, comisario. Con el debido respeto que usted y los presentes se merecen, me sentiría más que satisfecha si cuelgan de las pelotas a ESTE PENDEJO —con un ofensivo dedo índice apuntó hacia mí—. Mas me resulta inconcebible que mi pobre Fabricio pase un sólo día en una jaula. Es un alma sensible que respira libertad. La prisión lo destrozaría y a mi con él — a la ahora no tan bella...¿De mis pelotas? ¿En serio?...se le quebró la voz y Mancini se incorporó para abrazarla. —Está  bien, está bien, aceptamos el trato —dijo Mancini mientras consolaba a la Vasconcelos. —No llores querida, aquí estoy contigo —Y así antes que pudiese decir "Wakanda Forever" mi amor platónico se hizo añicos. Pasaría mucho tiempo para que pudiera superar esta desilusión y también para que la frase de Pantera Negra fuera conocida globalmente.

Echando a un lado mi orgullo y en vista de que al comisario le estaba empezando a dar un ataque de ansiedad, por mi resistencia al trato, finalmente alcé mi voz —Está bien, acepto. Pero con una condición... —
 — Sin condiciones señor Ratxic —interrumpió con tono de advertencia el comisario—.
—... solo pido hablar a solas con el comisario—
—Ah ¡perfecto! ¡perfecto!¡vamos a mi oficina!—dijo el comisario entusiasmando y ya corriendo hacia la sala pequeña donde nos reuniríamos. Empecé a seguirlo pero a medio camino me detuve. —Esto, comisario, vamos a necesitar el teléfono de Miguel—
—También está en la oficina. No perdamos tiempo.—

Una vez en la sala, el comisario no se anduvo con rodeos.
—Al grano, Ratxic, que ya quiero ir a mi casa con mi familia—
—Esto le va parecer extraño, y hasta una perdida de tiempo...—
—¡AL GRANO, RATXIC!—
—Al grano, al grano. Le voy a pedir que ponga el video que grabó Miguel nuevamente...—
 —Ajá. Delo por hecho. ¿Cree que nos perdimos de algo?—
—No exactamente. Mire comisario, en realidad le voy a pedir dos cosas...—
—¡Carajo Ratxic! ya sabía yo que algo se tramaba ¡Ahora que? ¡QUÉ?—
—Necesito que me narre exactamente lo que ve—
—¿Qué!—
—Lo que oyó, solo hágalo por favor. Sin omitir detalle —y luego casi inaudible murmuré—.Necesito saber que no estoy loco.—
—Bien, si con esto termina esta pesadilla, lo haré de una buena vez. Ni siquiera voy a preguntar por qué—alzó ambas manos en señal de rendición.

Empezó describiendo muy bien la calle, la iluminación, la gente alrededor, incluso notaba detalles que yo no. El comisario era tan buen observador como narrador. Ahí estaba yo discutiendo con Hiddleston mientras trataba de obtener mis preciadas fotografías, ahí estaba el bufón de Hiddleston cargando sus compras y de pronto el actor me sujetaba de las solapas del saco , su pie derecho barriéndome completamente...—Ese es el momento en que tropieza ,pierde el equilibrio y cae sobre Tom y le tira todas las compras...—
—Pare el video—
—¿Ya está satisfecho?—
-—Así es como lo recuerdo—murmuré
—¿Cómo dice?—
—Solo una pregunta más— dije- El comisario cerró los ojos como tratando de controlar su impaciencia.
—Diga Ratxic, suéltelo ya—
—¿Puede asegurarme que en ningún momento antes o  durante mi caída que Hiddleston me tocó?—
—Ratxic— respondió exasperado el comisario—, ¿acaso está ciego! El pobre hombre ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar , usted le cayó encima y le arruinó compras y vestimenta.—
—¿No me tocó?—
—No—
—¿Para nada?—
—No—
—¿No me tomó del saco?—
—¡NO! ¡qué dice! Ratxic ¿esta usted loco? ¡qué no ve...—
—Gracias, comisario- lo interrumpí— estoy satisfecho. Ya podemos ir con el resto- e inmediatamente me puse en marcha, el comisario aún confuso por mis preguntas demoró un  poco en seguirme.
A mitad del pasillo me asaltó una duda y me detuve abruptamente, el comisario que iba detrás chocó conmigo.
—¿Ahora qué ocurre Ratxic?—
—Tengo otra pregunta—
—¡Claro!¡Por qué no!- una sonrisa burlona y algo furiosa se dibujó en su rostro.
—Pero necesito el video.—inmediatamente di la vuelta ya en la oficina intenté tomar el teléfono pero el comisario me detuvo.
—Es evidencia, usted no puede tocarlo—
—Solo ponga el maldito video.—
—Contrólese, Ratxic—y lo puso, no dejé de notar la ironía de sus palabras. Era él quien necesitaba calmarse.
—Pause— el comisario pausó el video en el momento justo en que se veía con claridad el rostro de Tom Hiddleston , en el piso, debajo de mi. Miguel había logrado una toma muy buena, si no le iba muy bien con lo de las clases de fonética bien podría dedicarse a paparazzo.
—De qué color son sus ojos?—
——¡Es en serio?—
—¡Si! ¡EN SERIO! ¿COLOR?—
-—Azules, verdiazules talvez ,el color de sus ojos no es muy definido ¿Satisfecho?—
—Mucho, ahora si volvamos—

Una cosa es estar encerrado por hacer una locura, otra cosa era terminar encerrado por loco. Los ojos de Hiddleston, los que yo ví en la pantalla del celular de Miguel no eran azules, ni verdiazules, ni nada. Eran definitivamente verdes bien definidos, verdes intensos.

Cerca de las 10 llegó mi abogado. Muy diligente y sonriente, paso a estrechar manos con tutilimundi, saludó a Hiddleston con especial afecto y al jefe de policía con un abrazo y palmaditas cómplices. Cuando llegó  a mi lado sus primeras palabras fueron —Ya estoy al tanto del trato, saldremos de esta,Ratxic— y me lanzó su sonrisa ganadora , llena de optimismo ,  llena esperanza,llena de mierda.
—Sólo sácame de aquí y ahórrate las felicitaciones. Prácticamente hice TU trabajo.—
—Ratxic,ya estamos casi afuera, ni siquiera tendrás que pasar la noche aquí dento.—
—Ya pasé casi media noche "aquí dentro"— luego de eso no hablamos mucho.
Documentos fueron, documentos vinieron, firmas aquí y allá. Ya estábamos casi listos y el comisario se dirigió a Hiddleston delante de todos—Para garantizar su seguridad señor Hiddleston solo falta que usted firme estos trámites para proceder a poner la orden de restricción contra Ratxic.—Esa era una de las cosas del trato que menos me convencían. Pero al aceptar había aceptado todo, el comisario había sido claro con eso no iba a negociar. Ahhh pero no iba a aceptar sin decirles lo que pienso. Mientras cavilaba noté que Hiddleston empezaba a hablar—No sé, ¿Es  necesario? creo que...— lo escuché pero realmente no le presté atención y alcé mi voz. —¡BIEN! ¡BRAVO! Me castigan cuando solo estaba haciendo mi trabajo. ¡Todo por que a este IMBÉCIL no le gustan muchos la fotografía, al niño bonito...—a mitad de mi furioso discurso me callé. Mientras hablaba y me desahogaba, repetí en mi mente lo que había dicho Hiddleston antes de que lo interrumpa, y finalmente lo entendí, Lo entendí demasiado tarde.
En cuanto me callé todos en la sala estaban en silencio, mirándome espantados. El comisario tomó la palabra para dirigirse a Hiddleston—¿Qué me decías,Tom?—
—Ajem, eh si ¿Dónde tengo que firmar?—A la respuesta de Tom, todos en la sala asintieron con la cabeza. Yo me quedé congelado y sintiéndome muy estúpido.

Finalmente a eso de la una de la madrugada todos lindos y bonitos , algo exhaustos y ojerosos, por fin respiramos el aire fresco aunque húmedo de las calles de Londres.
No había nadie esperándonos  y eso era un alivio, gran atino del jefe de policía en ese sentido. Su plan de cansar a la gente curiosa funcionó muy bien, ningún curios casual nos aguardaba a esas horas. Para los curiosos profesionales, osea los paparazzi, había enviado a uno de sus muchachos con la  furgoneta con las ventanas cubiertas por cortinas, varios autos lo siguieron pensando que iba Hiddleston ahí. Caminé un par de pasos fuera de la comisaría y encendí un cigarrillo que amablemente me había obsequiado el comisario,bueno, pueda ser que haya insistido hasta cansarlo. A pocos pocos pasos delante de mi iba Hiddleston junto a Mancini y la Vasconcelos. Mi abogado ofreció llevarme en su auto desplegando su sonrisa falsa, pero lo despedí con un"Váyase a la mierda!" cuando me dijo "Ratxic, ¿A dónde?"Luego, cuando se perdió de vista en una esquina empecé a arrepentirme
Hiddleston y compañía conversaban animadamente  y como íbamos por la misma calle pude oír por primera vez la risa de Mancini , y su voz ronca interrumpía cada cierto tiempo el relato de Hiddleston, entonces se oían las carcajadas de Mancini, Hiddleston y la Vasconcelos. Hubiese deseado buscar  una calle alterna para no tener que sufrir un "ejejeje" más  pero  ya estábamos cerca al paradero.
Hiddleston se despidió de la bella con un beso en la mano y de Mancini con un apretón de manos y un abrazo.Estos subieron a su taxi y desaparecieron. Hiddleston se metió las manos a los bolsillos. Finalmente el actor se quedó solo y fue entonces que decidí acercarme, era después de todo mi oportunidad de resolver de la manera más directa y sencilla , mi pequeño pero molesto problema.
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☼ NOTAS
Por ahora hasta acá, no les prometo pronto porque cada vez que lo hago pasa un año sin publicar.
Así que quiero evita la mala suerte. Me han llegado más ideas¡Yeeee!. Aún tengo que contarles algo más de Rigoberto y finalmente oiremos más a Tom.



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