lunes, 10 de septiembre de 2018

RIGOBERTO RATXIC: EL CASO HIDDLESTON (7MA PARTE)




Me daba la espalda, mi presencia inadvertida. Por un instante consideré esperar a que se fuera, parado allí sin atreverme siquiera a respirar, dejando la ventana abierta para alejarme inadvertido. En tan solo un día de tenerlo cerca había aprendido a temerle. Más el destino estaba dándome otra oportunidad. Me armé de valor y respiré hondo.
—Oiga,señor Hiddleston—sobresaltado al oír mi voz, Hiddleston volteó a verme. Sus ojos bien abiertos me dieron la idea de un cervatillo asustado. Quería hablar con él, no hacer que salga corriendo, y eso es lo que parecía que iba a hacer. No se me pasó por alto lo risible de nuestra situación: Hiddleston parecía tenerme tanto miedo como yo a él. Tenía que demostrarle...bueno en realidad fingir, si, tenía que fingir un tono amistoso. Entonces recordé lo bien que respondía a su primer nombre.
—Tom —dije, en el tono más inocente que me fue posible y de inmediato casi mágicamente noté como todo su cuerpo se relajaba, esbozó una sonrisa, una sonrisa falsa sin duda—: solo quería—tragué saliva— disculparme personalmente con usted, yo... yo solo quería hacer bien mi trabajo y le...le arruiné el día. Quería decirle cara a cara, de hombre a hombre que lo siento —mentía por supuesto, yo no sentía ni una pizca de culpa,bueno tal vez algo, pero éste patán me provocó y lo otro,de lo otro aún no estaba seguro. Me acerqué un poco más, a la luz del poste cerca del paradero miré sus ojos, los verdes azulados,los pálidos normales. No había peligro. Oh si, había aprendido a identificar ese tonito de verde intenso con el peligro. ¿Y que decía mi instinto? Mi "sentido arácnido" estaba calmado. Todo bien.
—No tiene idea, señor Ratxic de lo importante que es esto para mi, no deseo estar enemistado.— dijo con su suave y elegante voz de perfecta dicción. El sujeto era irritantemente perfecto. Sonrió y me extendió una mano. Inmediatamente la estreché. Sus manos eran suaves, probablemente las manos de hombre más suaves y bonitas que he estrechado, dedos largos de artista. Hiddleston tenía un apretón firme.
—Si, bueno. Siguiendo esa onda de que no quiere andar enemistado con nadie...—
—¿Tiene un encendedor?—
—S-si por supuesto.—no tenía idea de que Hiddleston fumara, su imagen hasta el momento era el de un Príncipe Disney, las ganas de tener de nuevo mi cámara empezaron a aguijonearme—.¿Así que fuma?—
—Lo estoy tratando de dejar, pero este día ahh — soltó una larga bocanada de humo, era un experto—este día, ha sido demasiado ¿No cree?
—¡Absolutamente! una locura ja, ja eh con respecto a esa orden de restricción...
—La orden de restricción se queda, Ratxic —me contestó cortante sin tan siquiera mirarme, los ojos fijos en el cigarrillo que se balanceaba delicadamente entre sus largos dedos, no veía sus ojos, solo sus largas pestañas.
—¿No que no quería estar enemistado? Deme al menos una prueba de buena voluntad. Tener una orden de restricción hará más difícil mi trabajo.Tampoco podré acercarme a otras estrellas que estén con usted y además...—
—Ese es mi taxi. Ya le dije mi respuesta, Ratxic.—finalmente me miró fijamente. Por unos segundos me sentí deslumbrado. Hiddleston era magnético, él era de esas celebridades. Unas son carismáticas, otras son apasionantes y curiosas y otras como Hiddleston irradiaban magnetismo cuando estabas cerca y lo mirabas a los ojos. Sin duda nacido para el estrellato. Mi Nuria estaba enamoradísima hasta los huesos de este sujeto. ¡Lo celosa que la iba a poner cuando le diga que lo tuve tan cerca y en varias ocasiones!

El efecto magnético de Hiddleston finalmente pasó y de nuevo regresé a revisar mi triste situación: Allí estaba yo, humillándome, pidiéndole disculpas y suplicando un favor. Ah pero no, al señorito se le dio por ponerse arrogante. Empecé a hartarme.
—Nos vemos, señor Rátxic, lamento no poder hacer más por usted sin salir perjudicado. O mejor dicho no nos veremos en mucho tiempo. Lo invitaría al compartir el taxi pero el comisario me aconsejó que mantuviera mis distancias.La orden de restricción corre hasta mañana al medio día— aclaró y se dirigió al taxi,aún con el cigarrillo en mano. Abría la puerta y me daba la espalda—. eso me enfureció más. Podía sentir la ira bullendo dentro de mi, subiendo hacia mi cabeza. Apreté los puños y decidí actuar. Iba a demostrarle que a mi nadie me ignoraba.Caminé hacia Hiddleston decidido a darle una buena tunda. Al fin de cuentas le estaba haciendo un favor. Tarde o temprano tenía que aprender la dura lección de la vida: No todo el mundo existía para besarle las pompas y hacerle caso a cada uno de sus estúpidos caprichos. Él no era ningún rey. Nuria seguramente me odiaría por esto, pero...
—¡Hola, Señor Ratxic!— me quedé de una pieza. Sentado sonriente en el asiento del conductor estaba el universitario pelirrojo. Mis planes de vengan...digo justicia se echaron a perder por culpa del super entusiasta fan. El pelirrojo le había ofrecido al actor llevar a casa en su auto nuevo, lo había escuchado hacer esa oferta varias veces en la comisaría. Solo que no pensé que Hiddleston aceptaría. ¿Estaba loco? ¿Aceptar el aventón de un fan posiblemente obsesionado que podría tenerlo secuestrado en su sótano? ¿Y a mi que me importa? Ah si verdad, a mi no me importaba.
—Hola —respondí casi mecánicamente y no con poca torpeza alcanzando incluso a alzar una mano en un gesto atrapado entre el "me rindo" y el "presente, querida profesora"
Hiddleston volteó rápidamente, la mirada en sus ojos evidenciaba que había adivinado mis intenciones. Estaba furioso. Llámenlo paranoia, si quieren, pero al hacer contacto visual nuevamente con Hiddleston cuatro cosas me quedaron claras.Primero, empecé a sentir miedo que en cuestión de segundos fue escalando hasta llegar a niveles de pánico; segundo, alguna especie de ola de energía me empujó. Algo me empujó y me apretó contra el piso, no me queda duda.  Ningún resbalón o tropezón producto de mi torpeza pudo haberme causado tanto dolor y esa falta de aire, tercero, el color de los ojos del actor cambiaron al verde peligroso y cuarto, lo que sea que me estaba pasando era culpa de Hiddleston.
—Quédese allí, si sabe lo que le conviene. — lo oí decir. Mis sentidos estaban algo confusos parecía que Hiddleston me hablaba mientras yo estaba metido al fondo de un profundo y oscuro  túnel. Escuché sus pisadas dirigiéndose al auto, un portazo y finalmente el motor del auto arrancando y alejándose de prisa.
 Después de varios minutos tirado en el piso y cuando el dolor se calmó intenté moverme. Poco a poco y torpemente me puse de pié y traté de limpiar mi ropa lo mejor que pude.Me temblaban las piernas, aunque  no sabía decir si era debido al impacto que recibió mi cuerpo al o al extraño ataque de pánico.  Ese imbécil me la iba a pagar. Miré hacia el banco rojo del paradero, había un hombre sentado muy quieto allí. ¿Por qué no se había percatado de que yo estaba tirado como muñeco de trapo allí tan cerca? Me aproximé lento y adolorido, y a la luz del paradero  reconocí a William.
—Oye, amiguito — saludé con alegría fingida. Pero el normalmente entusiasta estudiante, no me respondió. Parecía muy perdido en sus pensamientos.
—Oye,¿Dónde esta Tom? — insistí. Al oír el nombre de Hiddleston el pelirrojo volteó lentamente y me miró a los ojos.
—Oh, señor Ratxic, hola —dijo suavemente.
—Ehh je , hola, hola ....mmm..¿A dónde fue Tom? ¿Porqué no fuiste con él?
—¿Tom?
—Tom Hiddleston, si.
— Ah, Tom quería conducir solo. Dijo que me bajara.
—¿Y le diste tu coche nuevo! —eran ya cerca de las dos de la madrugada, el sitio bastante solitario ¿Y este sujeto se baja de su auto?
—Tom, me lo ordenó — sus respuestas las daba con pausa, como ido.
— Oye, amigo ¿Te ocurre algo? Vamos a buscar un taxi¿Bueno? ¿Dónde vives?

 William me dio su dirección mecánicamente. En cuanto conseguí un taxi lo tomé de un brazo y el pelirrojo me siguió mansamente. En todo el camino a su casa no dijo ni una palabra a no ser que yo le hablase primero.  Una vez acomodado en el asiento, el pelirrojo no cambió ni una sola vez de postura. Era como si estuviera llevando un maniquí.

Pasada las dos de la madrugada, llegamos a su domicilio. Su madre nos recibió llorosa y alterada. Abrazó y besó a su hijo, pero este apenas si pestañeó. Le dejé mi tarjeta personal a la mujer."Por favor avíseme de cualquier cosa que ocurra con William" le había dicho. No tenía muchas esperanzas de que me contactara en realidad, pero valía el intento. La madre confirmó mis sospechas, no era típico del universitario estar tan quieto. William era más bien un muchacho bastante enérgico y bromista. Tal como lo había visto en la comisaría.  ¿Le había hecho algo, Hiddleston? ¿Lo habría drogado? ¿Había sido yo también la víctima de algún alucinógeno? y si era así como podía probarlo. Llamé a la madre de William desde el taxi y le dejé un mensaje."Hágale pruebas de sangre, que busquen sustancias extrañas, alucinógenas tal vez"  Mis planes de regresar pronto a Estados Unidos se postergaron. No iba a parar hasta poner en evidencia a Hiddleston. Estaba decidido. Todo el mundo, todo el mundo iba a saberlo. Iba a desenmascararlo, a descubrir cualquiera que sea su gran truco.

Llamé al inútil de mi abogado:
— Necesito hacerme análisis de sangre para alucinógenos ahora mismo ¿Conoces algún laboratorio?

—¿QUÉ!



☼ NOTAS

Gracias, como siempre por la paciencia. Ya estoy trabajando en el siguiente capítulo. Dedos cruzados para que lo termine más pronto. Me he propuesto no dejar pasar mucho sin publicar. Aparte que mis otras historias me esperan.

Aquí tienen el link a la primera parte:

http://sacerdotisalokiana.blogspot.com/2017/01/rigoberto-ratxic-el-caso-hiddleston.html

domingo, 5 de agosto de 2018

RIGOBERTO RATXIC: EL CASO HIDDLESTON (6TA PARTE)


Si es la primera vez que lo lees,este es le primer cap:
http://sacerdotisalokiana.blogspot.com/2017/01/rigoberto-ratxic-el-caso-hiddleston.html
Ahora vamos con la sexta parte:




—¡VAMOS RATXIC! no me diga que los apellidos Vasconcelos y Mancini no le suenan de algún lado.Siendo fotógrafo de espectáculos y eso —volvió a insistir el comisario emocionado mientras yo miraba al vacío, medio perdido en mis conjeturas, y Mancini,que previamente nos había interrumpido de la manera más grosera posible, recibía cariñosas palmaditas en la espalda de parte de La  Bella que se esforzaba en hacer que las cosas se llevaran en paz.
¿Cómo diablos iba a saber de estos dos!¡Cómo? Yo soy un reportero gráfico dedicado a celebridades pop y socialites,gente muchas veces con más talento para hacer escándalo y alarde de su vida personal que capaz de producir algo que pueda llamarse arte . He ahí  mi respuesta. No, no "me suena"Y además, el que Mancini fuera famoso ¿Cambiaba en algo lo que me hizo? A mi ver no. Si el comisario pensaba que ese desagradable sujeto merecía algún trato especial de mi parte por ser famoso y estar ligado a mi oficio, estaba equivocado.

Volviéndose hacia Mancini, tal vez por que yo parecía estar más allá que aquí, el comisario reanudó sus alegatos a favor del "perdón" —Ponga de su parte, Fabricio. Esto le beneficiará también. No solo evitará la cárcel sino que se verá magnánimo perdonando al tipo que tanta ofensa le causó y que ahora le suplica misericordia...—
—¡YO NO SUPLICO NADA! — rugí, pero pronto fui fulminado por la mirada severa del comisario.
Entonces, incorporándose, La Bella fue quien tomó la palabra. Antes de empezar me lanzó una mirada contemplativa, como si quisiera decirme que entendía mi sufrimiento. Sus ojos tristes estaban repletos de compasión. Al fin hablaría la voz de la razón.
—Señor, comisario. Con el debido respeto que usted y los presentes se merecen, me sentiría más que satisfecha si cuelgan de las pelotas a ESTE PENDEJO —con un ofensivo dedo índice apuntó hacia mí—. Mas me resulta inconcebible que mi pobre Fabricio pase un sólo día en una jaula. Es un alma sensible que respira libertad. La prisión lo destrozaría y a mi con él — a la ahora no tan bella...¿De mis pelotas? ¿En serio?...se le quebró la voz y Mancini se incorporó para abrazarla. —Está  bien, está bien, aceptamos el trato —dijo Mancini mientras consolaba a la Vasconcelos. —No llores querida, aquí estoy contigo —Y así antes que pudiese decir "Wakanda Forever" mi amor platónico se hizo añicos. Pasaría mucho tiempo para que pudiera superar esta desilusión y también para que la frase de Pantera Negra fuera conocida globalmente.

Echando a un lado mi orgullo y en vista de que al comisario le estaba empezando a dar un ataque de ansiedad, por mi resistencia al trato, finalmente alcé mi voz —Está bien, acepto. Pero con una condición... —
 — Sin condiciones señor Ratxic —interrumpió con tono de advertencia el comisario—.
—... solo pido hablar a solas con el comisario—
—Ah ¡perfecto! ¡perfecto!¡vamos a mi oficina!—dijo el comisario entusiasmando y ya corriendo hacia la sala pequeña donde nos reuniríamos. Empecé a seguirlo pero a medio camino me detuve. —Esto, comisario, vamos a necesitar el teléfono de Miguel—
—También está en la oficina. No perdamos tiempo.—

Una vez en la sala, el comisario no se anduvo con rodeos.
—Al grano, Ratxic, que ya quiero ir a mi casa con mi familia—
—Esto le va parecer extraño, y hasta una perdida de tiempo...—
—¡AL GRANO, RATXIC!—
—Al grano, al grano. Le voy a pedir que ponga el video que grabó Miguel nuevamente...—
 —Ajá. Delo por hecho. ¿Cree que nos perdimos de algo?—
—No exactamente. Mire comisario, en realidad le voy a pedir dos cosas...—
—¡Carajo Ratxic! ya sabía yo que algo se tramaba ¡Ahora que? ¡QUÉ?—
—Necesito que me narre exactamente lo que ve—
—¿Qué!—
—Lo que oyó, solo hágalo por favor. Sin omitir detalle —y luego casi inaudible murmuré—.Necesito saber que no estoy loco.—
—Bien, si con esto termina esta pesadilla, lo haré de una buena vez. Ni siquiera voy a preguntar por qué—alzó ambas manos en señal de rendición.

Empezó describiendo muy bien la calle, la iluminación, la gente alrededor, incluso notaba detalles que yo no. El comisario era tan buen observador como narrador. Ahí estaba yo discutiendo con Hiddleston mientras trataba de obtener mis preciadas fotografías, ahí estaba el bufón de Hiddleston cargando sus compras y de pronto el actor me sujetaba de las solapas del saco , su pie derecho barriéndome completamente...—Ese es el momento en que tropieza ,pierde el equilibrio y cae sobre Tom y le tira todas las compras...—
—Pare el video—
—¿Ya está satisfecho?—
-—Así es como lo recuerdo—murmuré
—¿Cómo dice?—
—Solo una pregunta más— dije- El comisario cerró los ojos como tratando de controlar su impaciencia.
—Diga Ratxic, suéltelo ya—
—¿Puede asegurarme que en ningún momento antes o  durante mi caída que Hiddleston me tocó?—
—Ratxic— respondió exasperado el comisario—, ¿acaso está ciego! El pobre hombre ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar , usted le cayó encima y le arruinó compras y vestimenta.—
—¿No me tocó?—
—No—
—¿Para nada?—
—No—
—¿No me tomó del saco?—
—¡NO! ¡qué dice! Ratxic ¿esta usted loco? ¡qué no ve...—
—Gracias, comisario- lo interrumpí— estoy satisfecho. Ya podemos ir con el resto- e inmediatamente me puse en marcha, el comisario aún confuso por mis preguntas demoró un  poco en seguirme.
A mitad del pasillo me asaltó una duda y me detuve abruptamente, el comisario que iba detrás chocó conmigo.
—¿Ahora qué ocurre Ratxic?—
—Tengo otra pregunta—
—¡Claro!¡Por qué no!- una sonrisa burlona y algo furiosa se dibujó en su rostro.
—Pero necesito el video.—inmediatamente di la vuelta ya en la oficina intenté tomar el teléfono pero el comisario me detuvo.
—Es evidencia, usted no puede tocarlo—
—Solo ponga el maldito video.—
—Contrólese, Ratxic—y lo puso, no dejé de notar la ironía de sus palabras. Era él quien necesitaba calmarse.
—Pause— el comisario pausó el video en el momento justo en que se veía con claridad el rostro de Tom Hiddleston , en el piso, debajo de mi. Miguel había logrado una toma muy buena, si no le iba muy bien con lo de las clases de fonética bien podría dedicarse a paparazzo.
—De qué color son sus ojos?—
——¡Es en serio?—
—¡Si! ¡EN SERIO! ¿COLOR?—
-—Azules, verdiazules talvez ,el color de sus ojos no es muy definido ¿Satisfecho?—
—Mucho, ahora si volvamos—

Una cosa es estar encerrado por hacer una locura, otra cosa era terminar encerrado por loco. Los ojos de Hiddleston, los que yo ví en la pantalla del celular de Miguel no eran azules, ni verdiazules, ni nada. Eran definitivamente verdes bien definidos, verdes intensos.

Cerca de las 10 llegó mi abogado. Muy diligente y sonriente, paso a estrechar manos con tutilimundi, saludó a Hiddleston con especial afecto y al jefe de policía con un abrazo y palmaditas cómplices. Cuando llegó  a mi lado sus primeras palabras fueron —Ya estoy al tanto del trato, saldremos de esta,Ratxic— y me lanzó su sonrisa ganadora , llena de optimismo ,  llena esperanza,llena de mierda.
—Sólo sácame de aquí y ahórrate las felicitaciones. Prácticamente hice TU trabajo.—
—Ratxic,ya estamos casi afuera, ni siquiera tendrás que pasar la noche aquí dento.—
—Ya pasé casi media noche "aquí dentro"— luego de eso no hablamos mucho.
Documentos fueron, documentos vinieron, firmas aquí y allá. Ya estábamos casi listos y el comisario se dirigió a Hiddleston delante de todos—Para garantizar su seguridad señor Hiddleston solo falta que usted firme estos trámites para proceder a poner la orden de restricción contra Ratxic.—Esa era una de las cosas del trato que menos me convencían. Pero al aceptar había aceptado todo, el comisario había sido claro con eso no iba a negociar. Ahhh pero no iba a aceptar sin decirles lo que pienso. Mientras cavilaba noté que Hiddleston empezaba a hablar—No sé, ¿Es  necesario? creo que...— lo escuché pero realmente no le presté atención y alcé mi voz. —¡BIEN! ¡BRAVO! Me castigan cuando solo estaba haciendo mi trabajo. ¡Todo por que a este IMBÉCIL no le gustan muchos la fotografía, al niño bonito...—a mitad de mi furioso discurso me callé. Mientras hablaba y me desahogaba, repetí en mi mente lo que había dicho Hiddleston antes de que lo interrumpa, y finalmente lo entendí, Lo entendí demasiado tarde.
En cuanto me callé todos en la sala estaban en silencio, mirándome espantados. El comisario tomó la palabra para dirigirse a Hiddleston—¿Qué me decías,Tom?—
—Ajem, eh si ¿Dónde tengo que firmar?—A la respuesta de Tom, todos en la sala asintieron con la cabeza. Yo me quedé congelado y sintiéndome muy estúpido.

Finalmente a eso de la una de la madrugada todos lindos y bonitos , algo exhaustos y ojerosos, por fin respiramos el aire fresco aunque húmedo de las calles de Londres.
No había nadie esperándonos  y eso era un alivio, gran atino del jefe de policía en ese sentido. Su plan de cansar a la gente curiosa funcionó muy bien, ningún curios casual nos aguardaba a esas horas. Para los curiosos profesionales, osea los paparazzi, había enviado a uno de sus muchachos con la  furgoneta con las ventanas cubiertas por cortinas, varios autos lo siguieron pensando que iba Hiddleston ahí. Caminé un par de pasos fuera de la comisaría y encendí un cigarrillo que amablemente me había obsequiado el comisario,bueno, pueda ser que haya insistido hasta cansarlo. A pocos pocos pasos delante de mi iba Hiddleston junto a Mancini y la Vasconcelos. Mi abogado ofreció llevarme en su auto desplegando su sonrisa falsa, pero lo despedí con un"Váyase a la mierda!" cuando me dijo "Ratxic, ¿A dónde?"Luego, cuando se perdió de vista en una esquina empecé a arrepentirme
Hiddleston y compañía conversaban animadamente  y como íbamos por la misma calle pude oír por primera vez la risa de Mancini , y su voz ronca interrumpía cada cierto tiempo el relato de Hiddleston, entonces se oían las carcajadas de Mancini, Hiddleston y la Vasconcelos. Hubiese deseado buscar  una calle alterna para no tener que sufrir un "ejejeje" más  pero  ya estábamos cerca al paradero.
Hiddleston se despidió de la bella con un beso en la mano y de Mancini con un apretón de manos y un abrazo.Estos subieron a su taxi y desaparecieron. Hiddleston se metió las manos a los bolsillos. Finalmente el actor se quedó solo y fue entonces que decidí acercarme, era después de todo mi oportunidad de resolver de la manera más directa y sencilla , mi pequeño pero molesto problema.
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☼ NOTAS
Por ahora hasta acá, no les prometo pronto porque cada vez que lo hago pasa un año sin publicar.
Así que quiero evita la mala suerte. Me han llegado más ideas¡Yeeee!. Aún tengo que contarles algo más de Rigoberto y finalmente oiremos más a Tom.



viernes, 12 de enero de 2018

RIGOBERTO RATXIC: EL CASO HIDDLESTON (5TA PARTE)

El oficial en jefe no esperó mi respuesta, aun sosteniendo en una mano el celular de Miguel. Le dio la orden a su subordinado para que vinieran mi atacante,su esposa y ....Hiddleston.

Primero entró el tipo que me molió a patadas acompañado de la bella dama y ahí nada más entró Hiddleston luciendo preocupado, sus ojos verdiazules muy despiertos nos observaban a todos como si buscara las respuestas de antemano a lo que ocurría.
- Ah Mr. Hiddleston, siéntese aquí - dijo con exagerada amabilidad el jefe de policía. Yo hubiese protestado, tal vez me hubiese burlado, sino fuera que desde la llegada del actor ya no me sentía cómodo para nada. La sensación desagradable de pánico volvía a aparecer y mi jaqueca también pero esta vez a manera de eco, de huella ,y  más sutil. Sensaciones terriblemente molestas que hacían que deseara arrancarme la piel del rostro con las uñas.


"Señores", dijo el jefe de policía "Ustedes son los últimos y por razones que pronto les serán obvias los he reunido , algo que es absolutamente irregular,sin embargo necesario"

Yo lo escuchaba a medias mientras veía, ya sobre el escritorio, mudo y olvidado  el celular de Miguel. ¿Había visto lo que había visto? Lo que vi en ese video no podía ser. No era así como recordaba las cosas. Decidí callarme y esperar a donde iba el jefe de policía con todo esto.

"Creo que queda claro " continuó el comisario "que el Señor Ratxic aquí  presente tiene responsabilidad en todo este asunto en perjuicio del señor Hiddleston" -alcé las cejas y apreté los labios como para asegurarme de que no se me escape ningún palabra delatora mientras el oficial hablaba. Había algo que no entendía, algo no encajaba.- "También queda claro que el Sr. Mancini es responsable de la agresión hacia Ratxic. Son cinco testigos declarando lo mismo,y  en el caso del Sr. Fabricio Mancini, la policía lo encontró cometiendo el acto delictivo."- Hizo una breve pausa y respiró hondo- "En una proceso regular , ambos deberían estar detenidos. Hacer eso sin embargo resulta inconveniente para esta institución"
"Señor Ratxic" - Se dirigió hacia mi y todos los ojos voltearon a verme- usted ha sido identificado por el Sr, Mancini y su esposa como el agresor de ayer en el bar "Rimbaud" ¿Tiene algo que decir sobre el incidente?
Ese fue el momento en que supe instintivamente que estaba en un enorme problema. -"No se de lo que están hablando"-Contesté sinceramente-
"¿No estuvo usted en el bar Rimbaud ayer?"- Volvió a preguntar incrédulo el comisario. Mientras todos mantenían su vista fija en mi. Hiddleston cruzó los brazos y arrugó el entrecejo para luego arquear las cejas juguetonamente. Se estaba divirtiendo con mi desgracia.
Casi susurrando ,como si me faltara aire , respondí "Estuve , si. pero no recuerdo ningún incidente."- Mientras respondía, el pánico se incrementaba, sentí como la punta de mis orejas ardían.Ayer había ido al bar, cuando debí haber estado en la conferencia de fotografía, que era al final de cuentas el motivo de mi viaje. El viaje y la estadía me la pagaba la revista para la que trabajaba. Es motivo de orgullo para las empresas tener a los miembros de su equipo debidamente capacitados y certificados. Pero a alguien con vasta experiencia como yo ¿De que le puede servir un miserable curso de tres días? Conseguí un amigo que generosamente me daría el certificado sin tener que asistir y así estaríamos contentos la revista y yo.Yo no tendría que malgastar mi tiempo en ese seminario estúpido y la revista tendría su valioso certificado.Para celebrar este feliz desenlace había ido al Rimbaud a beber hasta la inconsciencia.

"Bien,  Señor Ratxic, déjeme que le refresque la memoria" -   declaró el comisario e inmediatamente puso en la laptop de su oficina un video-"Estas son la cámaras de seguridad del bar, tal vez ya haya visto esto en la televisión" - el video como todo aquel proveniente de una cámara de seguridad era de pobre calidad. Pero de baja calidad o no, me reconocí inmediatamente. Me vi acercándome torpemente a la mesa donde una solitaria dama de sombrero negro estaba sentada pensativa. Le dirijí unas palabras, lo que le haya dicho la alteró lo suficiente para ponerse rápidamente de pie y alejarse ¡Era ella!, la bella dama de ojos expresivos que ahora estaba sentada muy quieta al lado de Mancini.

Entonces me veo yendo tras ella, poniéndome delante y bloqueándole el paso,tomando su antebrazo con mi manota bruta, enorme.  Ella grita y yo la suelto pero vuelvo a seguirla, vuelvo a ponerme delante y esta vez la sujeto de ambas muñecas. Él aparece , se pone delante de ella y yo me quedo parado en medio del pasillo mientras él la toma de la mano y se van a sentar a otra mesa fuera del alcance de la cámara. El tipo es Mancini, no me queda duda. Luego de un rato de hacer de estatua de sal empiezo a moverme en la misma dirección por donde la pareja se fue. Nuevo ángulo , nueva cámara. Me acerco a la mesa de la pareja que ya me había olvidado. Me quedo un rato parado allí mientras ellos me reconocen. Estoy frente a ellos, la mesa redonda y blanca del bar se interpone  entre nosotros. Parado como un idiota por que parece que no sé a que vine y ellos mirándome como imbéciles porque no me esperaban.De pronto me lanzo sobre la mesa , es un salto entre jaguar y ballena fuera del agua, derribándola con mi peso. ¿En que estaba pensando en ese entonces? No lo sé. Comos sea , mi salto animal se veía espectacular. Mancini y la dama se ponen de pie rápidamente evitando que el tablero desecho de la mesa les caiga encima. Me pongo de pie sobre la pobre mesa y corro hacia Macini, tengo su cuello y no lo suelto. Mientras él se desploma en brazos de la bella, yo me alejo hacia la salida del bar.Al poco tiempo llegan y se agolpan varios hombres vestidos con trajes de azul marino ,son la seguridad del lugar.  Llegaron tarde.

Estoy petrificado , es horrible lo que veo y es peor aún no poder recordarlo ¡Era por eso entonces que la bella me resultaba familiar! En eso ,algo que había dicho el jefe de policía me llamó la atención.
"¿En la televisión? ¿Esto lo han pasado por la televisión?" - Miré a todos sorprendido y boquiabierto.
"Es verdad, ya es lo más visto en YouTube" dijo Hiddleston, y no pude dejar de notar cierto tonito feliz en su hablar.
"Así es , Señor Ratxic, ha estado dando la vuelta en las noticias todo el día ¿No lo sabía?"corroboró el comisario.
Era más que evidente que no. Me pasé la mano por la cabeza tratando de ordenar mis cabellos y quitarme de paso algo del estupor.
"Ese es el pequeño inconveniente que tengo Sr. Ratxic, señores, con respecto a los procedimientos normales. Este caso, la afrenta a Lucía Vasconcelos..."- al fin supe como se llamaba la bella- "... una cantante de ópera oriunda de Portugal..." -Si, bueno me equivoqué un poquito en la nacionalidad-  "...y  muy querida  en toda Europa es de interés mediático.Y  la agresión a Fabricio Mancini , uno de los escritores más renombrados de Italia atrajo la atención de la prensa.Y hasta hoy usted "-Me señaló-" era considerado "El agresor misterioso" sin duda hubiésemos dado con usted ,pero este nuevo incidente  ha acelerado las cosas y además las ha complicado  " -el oficial puso los codos sobre la mesa, entrecruzó los brazos y observándonos intensamente continuó. " Seré franco con ustedes . No quiero arrestar al señor Mancini. La opinión pública nos haría leña si pongo tras las rejas a un hombre defendiendo el honor de su esposa, un hombre además querido por todos en Inglaterra. Y no dudo que sería así, ya que hasta el momento se han subido decenas de videos del señor Mancini siendo detenido y las críticas del pueblo no se han hecho esperar..."
-¡Entonces no lo va a detener? ¡ESTE TIPO CASI ME MATA!- Chillé, y casi al mismo tiempo me di cuenta de mi error. Por el rabillo del ojo vi a Hiddleston conteniendo apenas una carcajada
El jefe do policía cerró momentáneamente los ojos invocando a la divina paciencia, la santa paciencia... "Lo que propongo Señor Ratxic, señores, Es que se retiren los cargos a ambas partes. Y que el Señor Ratxic deje en un documento escrito las respectivas disculpas hacia la Señora Vasconcelos y su esposo.El mismo que haremos público a los medios de comunicación, junto con las declaraciones de los esposos aceptado sus disculpas y perdonándolo. Y solo para que todo esto se vea más bonito , tomaremos fotos de Ratxic y el señor Mancini dándose la mano "- Le debió parecer que yo dudaba y por eso dijo "Señor Ratxic si no accede , irá a prisión por un par de días  y no solo eso ,sino que se le negará por tiempo indefinido el ingreso a Inglaterra, su imagen se verá manchada...Le estoy ofreciendo la oportunidad de lavar esa imagen, Ratxic..."
"No haré las fotos. No hay forma de que yo tolere darle la mano a esta bestia humana" interrumpiò Mancini, con voz profunda y rasposa algo que me resultó inusual para su tamaño y contextura. No había notado antes esta característica suya por que el sujeto se dedicó durante todo este tiempo a lanzarme amenazas silenciosas con la mirada y en el patrullero cuando nos detuvieron y esposaron juntos jamás se dignó a dirigirme la palabra. Tal fue su hermetismo que  por un momento llegué a pensar que  el sujeto era mudo.
"oh, me olvidaba" exclamó el comisario interrumpiendo mis cavilaciones "la otra razón por la que se quedaron hasta tan tarde es para evadir a la prensa. Hemos estado rodeados de reporteros casi desde que llegaron" Solo a mi me tenía que pasar. La noticia más picante del momento y yo sin mi cámara. Mierda, Mierda, Mierda.



☼NOTAS:
♪  Como siempre me quedé con ganas de escribir más , pero ya estoy abusando de su paciencia. Quedará para la sexta parte. Gracias por los comentarios tan bonitos, me dan mucho ánimo. Me ahn dicho que les divierte la historia. Si también lo hago con esa intención.
De pequeña solía inventar historias que contaba a mis amistades. No importa cuan fantásticas o trágicas eran , todas contenían humor. Supongo que es parte de mi manera de contar las cosas.


Fuente: